Por: Ing. Fernando Carrera
Gerente de Desarrollo de Mercados ENKADOR S.A.
Gerente de Desarrollo de Mercados ENKADOR S.A.
Cuando hablamos de Negociaciones, los
hispano-parlantes inmediatamente asociamos el término con Negocios por la
evidente relación semántica de los términos, sin embargo es claro que las
negociaciones no se circunscriben exclusivamente al ámbito de los negocios, ya
que por el contrario, están inmersas en casi todas las actividades en la vida
de un ser humano y hasta hay evidencias de que algunos animales desarrollan
conductas que podrían considerarse como verdaderas negociaciones.
“NEGOCIAR ES EL
DAR Y RECIBIR DE LAS INTERACCIONES SOCIALES”, lo platean Lewicki & Hiam [1]
El inglés
resulta mucho más apropiado cuando podemos hablar de “Business Negotiations”.
Las
negociaciones pasan por trivialidades como el menú de la cena, la agenda del
fin de semana, pero pueden llegar a temas tan de fondo como la priorización de
principios y/o valores donde los resultados prácticamente pueden “cambiarnos”
la existencia.
Según el estudio
presentado por Dietmeyer en 2004[2],
con base en encuestas realizadas a vendedores de los Estados Unidos los
primeros años de la década pasada:
·
85% pensaba que las
negociaciones se habían vuelto más complejas
·
74% enfrentaban a compradores
mejor preparados y más profesionales
·
67% pensaba que había crecido
la conducta irracional de los compradores
·
63% pensaba que las relaciones
con clientes se había vuelto más de largo plazo
·
85% detectó que había más
negociación interna dentro de las organizaciones
Hay varios
puntos a considerar antes de entrar a una negociación, y que nos pueden
permitir llegar a un desenlace más o menos agradable en una situación de vida:
·
No es mandatorio entablar una
negociación cuando enfrentamos una situación de conflicto o disyuntiva, pero
generalmente las alternativas son menos atractivas.
·
Cuando actuamos como negociadores debemos ser muy
cuidadosos en que nuestras metas no entren en conflicto con nuestra
contraparte, y ni siquiera con terceros. Más de un
acuerdo se ha “desmoronado” por menoscabo a intereses de aquellos que ni
siquiera se vieron involucrados en la negociación.
·
Una vez que se entabla una
negociación ya nos trazamos objetivos emocionales y no solo racionales. Y es
una mezcla de esos dos tipos de objetivos los que nos conducen en el camino de
la negociación.
·
Generalmente un negociador
pretende sostener algún grado de relación futura con la contraparte de la negociación.
Apenas hemos
dado un somero vistazo al enorme ámbito de la Negociaciones, pero como
corolario de esta breve introducción, podemos ratificar que aquellos negociadores
extremadamente competitivos que siempre buscan un resultado positivo a su favor
solamente crearán problemas. La actitud sana y constructiva siempre será
la de GANAR-GANAR.
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