“INDEG –Escuela de Gerencia- es una institución sin fines de lucro, con diez y siete años de presencia en el Ecuador, creada con la finalidad de impartir formación integral a las personas que pertenecen a los mandos medios y directivos de las distintas empresas, instituciones u organizaciones del Ecuador y el mundo.”


martes, 21 de junio de 2011

El sentido de la misión inquebrantable


Por: Diego Ignacio Montenegro

Las empresas tienen una misión impostergable que cumplir. Esto conlleva riesgos, oportunidades, momentos de bonanza y situaciones de estrechez financiera; pero lo importante es lograr que el gran objetivo se cumpla, que el sueño se haga realidad. Para esto, las organizaciones tienen que aplicar desde pequeñas dosis de cambio hasta grandes “operaciones quirúrgicas”, que rectifiquen las imperceptibles salidas del camino, o que definitivamente modifiquen súbitamente el rumbo hacia los resultados esperados.
 
En una conversación [1] con Dmitry Kapitanov, del circo ruso RosGosCirk fundado en la época de Lenin, este mago (sin un grado de magister en Administración de Empresas) daba unas pistas interesantes sobre cómo el circo tuvo que adaptarse a cambios trascendentales, comenzando por la caída de la antigua Unión Soviética. Resumiendo la entrevista, Kapitanov mencionaba como puntos inquietantes:

     Siempre hay que huir de la vida convencional en busca de otra más libre, mantener la disciplina, sin perder el “foco” en lo importante.
     No perder la “frescura”, sentir siempre pasión por lo que se hace, contagiar de entusiasmo a las personas que le rodean y buscar los “estimuladores”, aquellos que te inyectan energía.
     Cuidado con las estrellas únicas, se puede caer en la arrogancia y no llegar a ninguna parte. La fama es pasajera.
     Las mejores ideas NO surgen bajo presión, la presión no permite pensar con claridad. Las ideas llegan en el momento menos pensado.
     El contexto puede cambiar en poco tiempo ¿Qué puedes hacer si no sabes que va a suceder mañana?
     Cuando el entorno te afecta directamente, hay que dar un paso revolucionario, buscar nuevas cosas que hacer y adaptarse. En estos momentos se necesita mayor preparación y conocimiento.
     La gente continúa a pesar de los problemas, porque siente emoción por el cliente y cree en la misión.
     “Si quieres que un animal actúe de manera determinada, lo premias con comida; si no quiere actuar, lo castigas retirándolo del grupo. No conviene pegar demasiado a un animal. Si siente dolor de verdad, atacará y matará”
     El cambio necesita un líder que motive y apele al sentido de la misión, para que las personas hagan bien su trabajo.

Piense en la banda irlandesa U2 y en su “frontman” BONO. Siempre en busca de lo anti convencional, de nuevos rumbos musicales. A pesar de sus 35 años de carrera, U2 es un permanente motivador de cambios culturales. Su trabajo como grupo les ha permitido encontrar una integración entre la música, el activismo político y la responsabilidad social. Ellos creen profundamente en que esta es la misión de la banda. La fama es pasajera, las grandes obras transcendentes. BONO es el líder, los otros los ejecutores. Posiblemente no existan seguidores tan fieles como los de U2, ni banda tan “camaleónica” en el mundo.

 


[1] Adaptado de Revista IESEInsight, segundo trimestre de 2009.

jueves, 2 de junio de 2011

Hipersensibilidad de las marcas


Por: Diego Ignacio Montenegro

¿Qué es lo que hace a un bolso Channel, al Mini Cooper o al Club de futbol Barcelona de España tan atractivas? ¿Por qué la gente ve a estas marcas como sinónimo de estatus, rebeldía y pasión? Durante muchos años, posiblemente décadas, los fabricantes de bienes se basaron en una posición favorable del mercado (la demanda mayor a la oferta), para introducir una serie de funcionalidades en los productos más o menos interesantes. El catálogo con todos los atributos físicos del bien, era el principal aleado de los vendedores, a pesar de que los clientes poco entendían de detalles técnicos.



De un mundo análogo se pasó a un digital, al incremento constante de soluciones en comunicación y video, a mejoras (o desmejoras) en los hogares y en el estilo de vida de las personas, a una relación escrita más que verbal, a un alejamiento físico y a un  acercamiento virtual.  Los “bits” sobre los “átomos”, el “cerebro” sobre el músculo”, la “emoción” sobre la “razón”. 

Piense en Perrier, la famosa agua embotellada francesa. Al final agua es agua, la fórmula química es la misma que cualquier otra. Sin embargo, el consumidor paga un sobreprecio por el agua Perrier. El triunfo de las emociones sobre los atributos, de la marca sobre lo genérico. El tiempo de viaje en avión entre New York y Londres siempre será de siete horas, pero ese tiempo se mide en una perspectiva diferente si uno viaja en Singapore Airlines (SIA). Mientras en cualquier aerolínea el viajero quiere desesperadamente llegar a su destino, en SIA todos quieren que el vuelo sea más largo. La respuesta: aeromozas exóticas, cabinas separadas, comida a la carta, diversión a bordo; y sobre todo, un servicio cuidando el más mínimo detalle. La “seda” vence al “metal”.



Estas marcas únicas se apoyan siempre en un concepto central, una idea clara de lo que son y quieren llegar a significar en los corazones de los clientes. Para lograr esto, la marca estudia el entorno, revisa su hábitat natural y explora nuevas posibilidades en otro terreno; su misión no es solamente quedarse en lo que siempre ha hecho. Los productos con sus funcionalidades y atributos son el resultado de ese estudio, transmiten la emocionalidad de la marca. Los productos se hacen en una fábrica, las marcas se hacen en los sentimientos y percepciones de las personas.



Las marcas son hipersensibles a los detalles y al contacto con el consumidor. Los llamados “momentos de la verdad”: el servicio, el trato, el adelantarse, comprender a los clientes y hasta interpretar qué es lo que no saben o quieren; cada interacción es una oportunidad para hacer relevante a la marca, para acercarla al consumidor.

Por último, si se quiere sobresalir hay que ser popular. Hay que convertirse en el “alma de la fiesta”, contarle al mundo que la marca existe y que existe bien. La notoriedad no sólo se hace con publicidad. En el mundo de “skype” y de Wii, todo comunica. Se debe estar dónde la marca sea visible; donde las palabras, los símbolos y las imágenes impacten. En el lugar en que se transmitan los significados correctos al consumidor adecuado.